martes, enero 24, 2012

De hebras y planes

ChangMin tenía que admitir si o si, que los planes de YunHo siempre eran los mejores. 



ChangMin mueve lentamente el juego de llaves por entre sus dedos. Suspira.

No esperaba hacer eso aquella tarde. Percibe el apacible sonido y una sonrisa se le escapa; otra vez durmiendo con la boca abierta.

No tienes remedio...

Cuidadoso y con una delicadeza ajena a él, desliza la mano por el cuerpo y la cara dormida, para cerrar aquellos labios suavemente. No quiere que algo raro se introduzca en esa dulce cavidad. No quiere que nada se introduzca en esa, su cavidad.

Excepto mi lengua.

Desvía la mirada, ¿desde cuándo tenia pensamientos tan sucios?

Suspira por enésima vez y considera cambiar una pierna de posición, mas de inmediato rechaza la idea. La cabeza de YunHo reposa en su muslo, y no quiere despertarlo.

No ahora que se veía extrañamente angelical con los labios cerrados como debía ser.

Suelta las llaves sobre una repisa cercana e introduce los ansiosos dedos por entre los cabellos castaños. Un olor agradable golpea sus sentidos al revolverlo; el shampoo de Jung.

El mismo que el mío.

Con cuidado para no despertarlo, sigue moviéndose por entre las hebras suaves, con ganas de besarlas y perder el rostro en ellas salvajemente.

No. No ahora.

Se mueve ligeramente y un largo suspiro emerge de YunHo. Se tensa. No quería despertarlo.

—No te detengas. Eso...se siente bien, no pares ¿sí?

Sonríe y continúa con las caricias.

— ¿Estabas fingiendo?, yo no acaricio a quien no esté dormido—y a pesar de sus palabras no despega los dedos del cabello de YunHo. También para él se sentía bien.

—Por eso mismo. Pero estoy medio dormido puedes seguir sin problema, mañana no recordare nada. Lo prometo—alzó una mano en señal de juramento, y ChangMin rio.

A veces, YunHo era un payaso.

—Cálmate hombre, no soy una bestia después de todo. Puedo acariciarte. Un poco.

YunHo sonrió al sentir las manos grandes de ChangMin aún en su pelo.

—Joder, no puede ser...

— ¿Qué?

Que por algo tan simple me sienta tan bien.

Shim se guardó el secreto y prometió tan rápido como lo pensó que se lo llevaría a la tumba. No, YunHo nunca sabría lo mucho que lo quería. No con palabras cursis al menos.

Un ruido exterior los distrajo, y pronto gotas cristalinas mancharon delicadas las ventanas de la puerta corrediza.

—Está lloviendo...

—Eres todo un genio.

YunHo golpea su hombro, juguetón.

—Y tú que querías salir a cenar, ¿ves? mis planes siempre son mejores que los tuyos.

ChangMin no dijo nada y solo continuo con su envolvente trabajo de acariciar los cabellos de YunHo uno a uno.

Si aquella hermosa sensación estaba en los planes de YunHo, entonces lo admitiría.

Los planes de YunHo siempre eran los mejores.

2 comentarios:

  1. mmmmm... me suena a que este ya lo habia leido.

    Pero no por eso le quita lo lindo!!!!!!

    Gracias por las minihistorias!!!

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