sábado, marzo 17, 2012

El pesado pasado

Verificó una vez más; todo en orden. 

No olvidaba nada, ya Rain le había informado que estudiaría en la misma escuela de su protegido y empezaría desde cero, tendría que volverse su amigo.

Suspiró y se tiró sobre la cama, ¿como seria el chico que le tocó fortuitamente proteger?

Bueno, no era precisamente así. Porque no, no era su deber proteger a Shim ChangMin del todo.

Sólo a su corazón, nada más.

El medallón que colgaba de una pequeña repisa se balanceó, como prediciendo que las manos de YunHo querían tocarlo, se estiró un poco y lo obtuvo, sintiéndolo caliente al tacto. Era una preciosa pieza tallada en plata que mostraba dos grandes corazones entrelazados. Lastimados, pero juntos.

Mordió su labio inferior.

Aún faltaba algo.




Precisamente, podía decir que nada había cambiado, el lugar seguía tan pacifico como siempre solo que más vacío que de costumbre. Aunque también podía ser, que desde que no tenía su risa, todo le parecía muy silencioso.

Avanzó unos pasos y se detuvo.

Observó el perfecto perfil y el oscuro cabello negro y alborotado, una mirada pacifica. El chico estaba atento al espacio frente a él, sin embargo allí no había nada.

Decidió retroceder, alejarse, el pasado aún pesaba para él. Era demasiado. No podía.

No. No. No.

—YunHo—un pequeño movimiento de cabeza fue lo que terminó todo. Le había visto.

—DooJoon.

Y no hubo más remedio. Se acercó, pateando el piso con la esperanza de perder el suelo y terminar en otra dimensión.

Sus pupilas temblaban, no quería mirarlo, no mientras aquellos momentos siguieran zumbando en su cabeza.






—Eres muy hermoso para mí. Y eso es lo único que debería importarte.






—Mañana te vas, ¿no?

—Hoy, hoy me voy.

La distancia entre ambos era significativa. Si Cupido los descubría...

—Yo ya termine el trabajo de hoy, y de mañana...no sé que hacer—se animó a mirar sus ojos, ahora grises y perdidos, carecían de la vida que alguna vez destilaron, la vida que alguna vez amó.

—Encontraras algo.

—Si, así es.

YunHo no podía recordar ni concebir a ese ser, cómo el mismo que calentó sus manos en un día de frio, estaba tan lejano, y era tan dañino.

—Me voy, cuídate DooJoon.

—Igual tú.

Y nada.

Fue imposible no recordar que antes la despedida significaba un beso, y otro, y uno más...

Se odió por desearlo, por recordarlo, por pensar siquiera que podría volver a pasar.

Su Joon estaba muerto, a pesar de estar justo frente a él, y eso nada ni nadie lo podrían remediar.

—Hasta luego—caminó y se animó a no mirar atrás.

Tenia que ser fuerte.






—Nunca voy a poder amar a nadie después de ti—cogió su mano y enterró besos dulces entre los dedos—nunca.






Y YunHo no volvería a amar a nadie después de él, nunca. Y sabía que Joon cumplía su promesa, a pesar de no recordar siquiera que la había hecho.






Tomó el medallón y se lo colocó al cuello, apenas lo hizo sintió un calor recorrerlo conforme la pieza se acomodaba sobre su piel.

Sabía que estaba mal, que no era correcto llevárselo.

Pero no tenía el valor suficiente para dejarlo allí.

Aquel medallón era lo único que le quedaba, lo único que necesitaba para saber que su historia con Yoon DooJoon no había sido producto de su imaginación.

Cerró los ojos, obligándose a no llorar.

Estaría bien.

Tenia que estarlo.

2 comentarios:

  1. Hola...Waoo... está genial... pobre Yunho con su corazoncito destrozado... ojalá Changmin sea su cura... gracias por el fic, continualo por favor

    ResponderEliminar
  2. MeEncantoo Hermosisimo ♥ Simplemnente adorable , Que ocurrio con Yunnie Changmin T^T ... Unni continualo por fis Quiero saber mas :( !!

    ResponderEliminar