Tercer acto

— ¡YunHo, apresúrate! —lo instó Choi agitando un brazo—está por atardecer.

YunHo le siguió los pasos perdido en la columna de piedras que formaban un camino hacia la punta de la colina, era viernes y habían acordado ir allí para admirar el ultimo atardecer salvaje del año, luego irían a la fiesta de fin de año de TaeYang, un chico de otro grupo, bastante amable y mono.

—Este atardecer es muy hermoso—susurró Jung.

—Todos los atardeceres son hermosos—le corrigió Choi, algo extrañado de que YunHo se expresara así.

—Pero este…es especial.

— ¿Por qué?, ¿sólo por ser el ultimo del año?, todos los demás atardeceres fueron igual de hermosos, YunHo.

—Lo sé pero…—YunHo sonrió, interrumpiendo sus palabras—ChangMin me pidió ser su amigo con derecho a sexo.

La declaración no esperada por Choi le robó una mueca de desagrado.

— ¿Y vas a aceptarlo? —le preguntó rápidamente, dejando por completo de lado el hermoso y ultimo atardecer del año.

—Ya te dije Seung, voy a tomar...todo lo que ChangMin quiera darme.

YunHo volvió la vista al acontecimiento natural que ocurría frente a él, con una sonrisa vacilante. SeungHyun lo imitó pero en cuanto el sol dio vista de desaparecer, susurró a YunHo algo que ni él mismo esperaba.

—Si te pido que no lo aceptes, ¿qué harías?

La fumarola de luz alcanzó su punto máximo de un brillo anaranjado, los cuencos negros de SeungHyun se clavaron en los castaños de YunHo, decididos, mientras los de YunHo temblaban frágilmente.

— ¿Por qué…me pedirías eso?

SeungHyun se inclinó un poco para atrapar una mejilla dulce de YunHo en un beso.

—Me gustas, YunHo.

Los últimos dos meses habían sido una mierda completa para Shim ChangMin, comenzando sin falta desde el último día del año.

— ¿Todavía no llega SeungHyun?

—No. Ni YunHo.

—Si uno llega el otro estará a su lado, de eso no hay problema. Pero si uno no viene, el otro tampoco vendrá.

Poco tuvo que pasar para que ChangMin notara esos pequeños cambios que nadie más notó, desde los mensajes incontables que su hermano mandaba a lo largo del día, las llegadas tardes a casa y el hecho bastante obvio de que YunHo no había ido ninguna vez a quedarse con SeungHyun en esos dos meses siendo que antes iba al menos una vez por semana.

En la escuela se hablaban poco pero se miraban mucho, y ese brillo preocupado en los ojos del Choi cada vez que a YunHo le ocurría algo por pequeño que fuera cómo caerse de rodillas durante un partido de basquetbol, no pasó nada desapercibido para él.

Por eso cuando definitivamente un día, jodido cómo aquellos, YunHo apareció de la mano de SeungHyun, no se sorprendió mucho.

Pero se cabreó,  se cabreó demasiado.

— ¿Qué tanto miras?

KyuHyun le siguió el rango visual; SeungHyun y YunHo estaban sentados en una mesa de la cafetería, dándoles la espalda, bastante entretenidos para notar que estaban siendo observados.

—Bueno, ya te lo dije pero deja que lo haga de nuevo; eres un estúpido.

ChangMin suspiró fuertemente, enojado.

—Ya lo sé.

—Por culpa de ese niño te volviste un mujeriego de mierda, sólo porque tu gran y capacitado cerebro de porquería pensó que era buena idea tener sexo con niñas para ignorar el hecho de que te excitabas viéndole los muslos a un hombre.

—No a cualquier hombre—gruñó—no a cualquiera.

—Sí, sí. Sólo Jung YunHo ¿no?, ¡¿de qué mierda te sirve eso ahora, imbécil?!

KyuHyun le soltó un manotazo en la mejilla, harto.

—Si tan sólo no fueras tan idiota el que estaría abrazando y tocando a YunHo serias tú.

—Ya lo sé—siseó con hastió, observando a la pareja sonreírse felizmente.

KyuHyun cambió su expresión de riña por una de comprensión lastimera.

—Vamos, te invito un trago—le palmeó el hombro y se dirigió a la salida de la facultad.

ChangMin recogió de mala gana su mochila dirigiendo una mirada molesta a su hermano y al novio de este.

A quien debía ser su novio.

ChangMin no pudo adivinar que YunHo le miró la espalda mientras SeungHyun le señalaba algo en el móvil.

— ¿Qué te parece YunHo?

No puedo dejar de pensar en él.

—Está bastante cool—y reafirmó sus palabras sonriendo abiertamente.

—Cómo tú baby, cómo tú—murmuró Choi mientras le besaba en los labios.

Y YunHo trataba de guardar su sabor por enésima vez, para reemplazarlo por el que su memoria aún guardaba del único beso que ChangMin le dio.

Sabor cerveza.

¿Alguien sabe en que momento ChangMin y YunHo se besaron?

No, yo no sé.