Todas las sombrillas, todos los colores

YooChun tenía una taza de té en una mano, ChangMin una de café. Ambos miraban el cuadro hecho por YunHo.

—Bonito, ¿eh?

ChangMin sólo emitió un sonido nasal por respuesta, sin emoción alguna.

La pareja bajo la sombrilla roja no era visible, pero ambos sabían que se trataba de YunHo y JunSu.

ChangMin fue el primero en apartar la mirada del cuadro y seguir su camino por la casa. Era bonita en verdad y conveniente…para un matrimonio joven. Pensó un poco; ¿JunSu y YunHo se consideraban ya, esposos?

—Chicos, dejen de juzgar, vamos a comer un poco—la voz de YunHo interrumpió los pensamientos de ChangMin.

Ambos, YooChun y ChangMin fueron a sentarse de buena gana.

Vieron a JunSu servir un apetitoso aperitivo con una habilidad reforzada en la práctica.

— ¿Cocinas seguido, JunSu? —cuestionó YooChun, hundiendo con elegancia el cuchillo en su trozo de carne.

—Sí. Soy el único que cocina en esta casa—alegó JunSu, lanzando una mirada acusadora y divertida a YunHo, quién en compensación le dio un beso en el brazo, que yacía extendido, ocupado en llenar el plato de YunHo de la suculenta delicia culinaria.

YooChun se arrepintió de haber preguntado, y ChangMin mantuvo la vista bien enfrascada, entre los pliegues de su porción de carne.
















La última habitación que les mostraron fue el estudio.

El estudio era ocupado la mayor parte del tiempo por JunSu. Sin embargo el espacio de JunSu estaba lleno de YunHo.

Cuadros de naturaleza y algún otro abstracto adornaban las paredes del estudio.

Uno en especial, llamaba la atención. Uno diferente a los demás.

Era un cuadro de JunSu.

Lo retrataba tal y cómo era. Con el pelo castaño un poco crispado, y los labios fruncidos en una pequeña sonrisa.

—No sé lo digan a JunSu—dijo YunHo, mirando con satisfacción su propia creación, apenas JunSu salió de la habitación—pero este es por mucho, mi mejor trabajo.

ChangMin y YooChun sorbieron un poco de sus bebidas, y asintieron, en silencio.
















JaeJoong se detuvo en la puerta.

JunSu ya estaba allí, esperando.

—Le dirás que si vine, ¿verdad?

—Ese fue el trato—replicó JunSu, con un tono severo.

—Serás sincero con él y le dirás que no quieres que vea a su exnovio—afirmó JaeJoong, riendo groseramente un poco— ¿en verdad quieres lucir tan patético?

JunSu suspiró, sin verse afectado.

—Cómo yo quiera lucir, es asunto mío.

—Bien, cómo quieras—sacó un cigarrillo del bolsillo de su suéter. —Salúdalo de mí parte.

JunSu lo miró un momento, y luego se introdujo en la casa.

JaeJoong tenía una sonrisa socarrona aún con el cigarro entre los labios, cuándo se dispuso a prenderlo, una gota translúcida lo sorprendió, estampándose contra la extensión de su cigarrillo blanco.

Comenzó a llover, cómo era tan seguido en esa estación.

—Mierda—maldijo, a sabiendas de que no tenía una sombrilla para protegerse.

No esta vez.

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