lunes, junio 23, 2014

Nuestra relación laboral

— ¿Qué piensa? —preguntó, con un temor entusiasta que demostraba su poca experiencia.

ChangMin hojeó el manuscrito una vez más, de forma descuidada. Al fin emitió su opinión.

—Es bueno—el poco experimentado escritor hizo una señal de victoria—pero tiene que ser pulido. ¿No tienes problemas con que sufra diversas modificaciones?, además, creo que el nombre del protagonista, “Yi Xing”, no es muy apropiado.

El chico iba a responder cuándo alguien llamó con dos toques a la puerta.

—Pase.

Esta se abrió, y un YunHo con el cabello recortado y sin lentes, se introdujo a la oficina. ChangMin se quedó boquiabierto, completamente en blanco por unos segundos hasta que pudo volver en sí, e indicar al prospecto a escritor que saliera un momento. El chico se levantó de su asiento y antes de salir extendió la mano a YunHo.

—Mucho gusto, soy Lay—se presentó, con una jovial sonrisa—muchas felicidades por tu oferta en Skills, he seguido tu trabajo y creo que es excepcional—YunHo regresó el apretón de manos y agradeció el interés, el chico se volvió—con permiso—antes de salir y dejarlos solos.






— ¿Necesitas ayuda para empacar?

YunHo negó, con ligereza, sin la entusiasta emoción infantil que usualmente mostraba. Se sentó de espaldas a ChangMin, sobre la silla de la izquierda —la derecha no, jamás—, y miró la puerta cerrada con nostalgia.

—Nunca, desde que llegué aquí, había tocado la puerta de tu oficina para pedir permiso para pasar—soltó, sonando tan nostálgico y viejo con aquello que ChangMin alzó las cejas y fue a sentarse a su lado, a la derecha, sobre la vieja silla rechazada siempre por YunHo.

Estaban en la antes oficina de ChaSung, ahora ya completamente de ChangMin. Porque luego de que YunHo obtuvo su oferta, ChaSung dijo que no tenía nada más que hacer en la empresa y devolvió a ChangMin su oficina. La oficina que ambos siempre ocuparon cuándo eran escritor-editor.

— ¿Te está dando la nostalgia de partida o algo así?

YunHo no respondió, volteó y buscó mirar directamente hacia ChangMin, a los ojos. El silencio estuvo presente por un rato, hasta que Jung, sin quitar sus ojos cansados de los ojos de Shim, confesó, quedamente, casi tímido, como si fuera y no fuera a la vez, fácil revelarlo.

—Ya sé lo que hacías.

El corazón de ChangMin fue apresado en sorpresa, sintiéndose pesado, triste, atrapado en su travesura. Pero no quiso darle pistas, o hacerse descubrir.

— ¿De qué hablas? —preguntó, sonando vacilante.

YunHo miró sus manos, tomó aire, y siguió su pasiva acusación.

—Sé que me boicoteabas, por decirlo así. Sé que quitabas las mejores partes de mis novelas, y sé que no buscabas tanta promoción para mí. Sé todo eso.

ChangMin sintió algo indescriptible al oír aquello de la boca de YunHo, que había sido siempre dulce para con él. Pero no quería que sus motivos fueran malinterpretados.

— ¿Sabes por qué lo hice? —inquirió con voz tranquila, mirándolo a los ojos.

—ChaSung dijo que no eres un mal chico—explicó a su vez Jung—y yo también lo pienso. Por eso vine aquí, quiero que me digas tus razones. Y las creeré.

ChangMin abrió la boca, separó los labios y los volvió a juntar, su corazón latía con fuerza siendo bañado en descubrimiento.

Había llegado la hora.

—No quería que te fueras. No quiero que te vayas. Eres excelente, cualquier gran editorial querría tenerte, si dejaba que brillaras, te irías. Esta es una editorial pequeña, ¿qué futuro podría haber aquí para ti?, egoístamente quise que te quedaras, aun cuando el precio era desprestigiar tu trabajo…y hacerte sentir cómo si no fueras lo suficientemente bueno.

Sintiendo la falta de oxígeno por buscar hablar tan rápido, ChangMin se detuvo y esperó, mientras respiraba rápidamente.

YunHo no respondió.

Pasado un rato, se levantó de su asiento y dirigió una mirada a ChangMin.

—Gracias por ser honesto conmigo.

La puerta se abrió, y se cerró. YunHo salió.

Y ChangMin se quedó allí, con todas las palabras que siempre había querido decir, allí, tiradas sobre el piso.

Ya dichas, pero, —por alguna razón—, inútiles.
















ChangMin abrió la puerta de su oficina, el edificio había sido abierto por el portero, quién dijo que un empleado había llegado antes. ChangMin dejó el saco en el perchero, se sentó sobre la silla giratoria y prendió el ordenador de mesa.

—Diablos, la cafetera se dañó otra vez, ¿dónde la compraste ChangMin?

—Estaba de oferta en eBay… ¡¿eh?! —ChangMin se hizo para atrás, consecuentando que su silla fuese más allá y lo dejara caer sobre el piso— ¡¿qué haces aquí?!

YunHo lo miró con desaprobación, para luego sonreírle a todo lo que su gracilidad le permitía.

—Esa no es forma de saludar a tu colega, Shim. Es temprano, así que buenos días—YunHo se sentó en su silla —izquierda, izquierda—, extendió un vaso de café a ChangMin y tomó un sorbo del suyo—siempre supe que esa cafetera había sido una descuidada inversión tuya. Por eso es tan mala.

ChangMin, sin entender nada pero con un café negro humeante cerca de la cara, sonrió, relajándose, mientras se levantaba del piso.

—Pero fue realmente una ganga. Dos dólares más y…

—No quiero escucharte. Respecto al café nunca se debe ser tacaño.

ChangMin sonrió, haciendo un ruido nasal que YunHo encontró adorable. Pasados unos minutos de cómodo silencio, ChangMin preguntó a YunHo, izando en una de sus manos el manuscrito de su actual novela a editar.

— ¿En qué parte…se quedó mi padre?

YunHo sonrió, jugueteando el vaso entre los dedos.

—Capítulo diez.
















Habían trascurrido dos semanas, y ChangMin aún no había preguntado nada. Así que una tarde, con los colegas haciendo ruido laboral tranquilo cómo un motor descansando, YunHo se sentó por primera vez en la silla derecha y la arrastró hasta estar al lado de ChangMin.

—Esta es la razón—comenzó, notando que ChangMin le había otorgado su atención desde que lo vio sentarse en la silla equivocada—creí entender tus razones, así que luego de saber lo que hacías, realmente no quería irme. Pero el señor ChaSung no quería que me quedará, porque pensó que esa sólo sería una mala decisión en un futuro. Pero yo supliqué y, sinceramente, prefiero quedarme aquí y hacer de una editorial pequeña algo grande, en lugar de hacer aún más grande un lugar que está bien sin crecer.

ChangMin lo miró, con expresión relajada sin pedir nada más de la narración.

— ¿No soy genial? —y cuándo YunHo preguntó aquello, Shim por fin cayó.

Sonrió de forma brillante, bajando los ojos para ocultar su brillo.

—Eres idiota.

YunHo aceptó el apelativo grosero de buena gana y se levantó, buscando acomodar la silla <<equivocada>> de vuelta a su sitio.

— ¿Cómo lo hiciste?

— ¿Eh?

— ¿Cómo convenciste a mi padre?

Ya sentado sobre su silla correspondiente, YunHo subió los pies a un extremo del escritorio de ChangMin y contestó.

—Me hizo prometer que me cortaría el pelo y usaría pupilentes en lugar de lentes de armazón. Así me dejaría quedarme.

— ¿Y eso con qué fin?

—Dijo que mi apariencia puede ayudar a mis ventas, eso es todo.

ChangMin chistó, enojado de pronto.

—Ni se te ocurra usar una imagen coqueta, serás un ice prince.

— ¿Eh?, ¡pero quiero sonreír!

ChangMin movió la cabeza a los lados, en una poderosa negativa.

— ¡He dicho que no!

—AH, pero ChangMin…




1 comentario:

  1. Oww, fue triste al principio , ny bunny se estaba iendo lejos, de la vida de Chamin , y chamin todo :( , pero me encanto el final del capitulo changmmin ya lo dmuestra abiertamente Yah ! hasta que por fin xD , hermoso hermoso ♥

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